LA EDUCACIÒN AL TRABAJO EN EL VÈRTICE

La constatación de la falta de lo humano en tantos ambientes de trabajo hoy en día ha perdido un componente que en la tradición occidental, especialmente europea es muy evidente. La presencia del Maestro Artesano, aquella persona para la cual el trabajo bien hecho y el fenómeno educativo no están separados. Donde se vive el trabajo como la expresión de algo más.

Las experiencias que se viven hoy en día, desde un producto fallido, hasta el trato inadecuado en un restaurant, denotan este aspecto diferenciador que no puede ser desarrollado sólo con una técnica. El desarrollo del trabajo pasa por una educación que incluya todas las técnicas desarrolladas por el ser humano, pero que no olvide a la persona: fin último de todo trabajo. Hoy en día se constata la ausencia de estos maestros. Desde el padre que enseña a su hijo en su casa a cambiar un neumático o apretar un tornillo, el jefe que apoya a que sus colaboradores se desarrollen y puedan mejorar, hasta el profesor que conecta lo que enseña con toda la realidad.

Al mismo tiempo, se ve menos gente dispuesta a aprender de otros. Parece que ciertos medios audiovisuales, en vez de promover, sustituyeran la asombrosa aventura de estar con otros y aprender a trabajar. Por otro lado, la competencia feroz pareciera devorar cualquier intento loable de transmitir el conocimiento aprendido para beneficio de todos.

Es una urgencia hoy en día recuperar el valor educativo del trabajo, aún más frente a los nuevos retos que nos pone la realidad siempre cambiante.

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