EDITORIAL BUENAS NOTICIAS OCTUBRE 2015


“No se sirve a las ideas, sino a las personas” afirmó el Papa Francisco en su reciente viaje a Cuba. Este es un tema que siempre miramos de lejos, como si se tratase de un problema exclusivo de quienes tienen el poder e intentan imponer sus ideas a los demás. Y si bien es cierto que estamos en una época donde es notoria la desviación de modelos ideológicos que terminan por violentar los derechos de las personas, no podemos desmarcarnos del tema tan fácilmente.

Hacer Marketing Social requiere profesionalismo, pero no es tan complicado. Con un poco de conocimiento y un buen presupuesto se puede tocar los sentimientos de las personas y lograr apoyos importantes para “buenas causas”. La mayoría de las organizaciones que hacen un trabajo verdaderamente transformador no tienen el conocimiento, el presupuesto y muchas veces la intención de comunicar lo que hacen, simplemente dan respuesta a un problema. No sirven a una idea, sino a las personas. En el otro extremo hay muy buenas ideas con grandes programas sociales que resuelven una problemática pero no involucran a las personas, ni las sirven, sino que las usan como un medio para implementar su idea.

El equilibrio no es sencillo. Hemos visto cómo personas con buenas intenciones y ganas de ayudar quieren imponer modelos y tiempos para procesos que necesitan madurarse. Las personas no son piezas en un mecanismo social, sino libertades que buscan su realización y satisfacción.


El camino de la inclusión y el protagonismo de la persona es el más lento y complejo de manejar, pero es el más seguro. Todo esto requiere paciencia y vocación de servicio. Porque sirviendo a las personas, acompañándolos en su deseo de trabajar, de crecer y de construir se sirve a una comunidad, a un país y al mundo entero.


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