EDITORIAL BUENAS NOTICIAS ENERO 2017
Ya nadie puede discutir que nuestro país está
sumergido en una profunda crisis de todo tipo: económica, social, moral y
política; y que además todo lo que sucede llega hasta tocar las relaciones
personales y nuestro modus vivendi. En lo que todavía no hay un consenso del
100% de los venezolanos es en el origen de la crisis y mucho menos en el modo
de salir de ella.
“Una crisis nos obliga a volver a plantearnos
preguntas y nos exige nuevas o viejas respuestas pero, en cualquier caso,
juicios directos”, escribió Hannah Arendt, y por su propia experiencia sabía lo que estaba diciendo.
Entonces frente a esta compleja y dramática realidad, ¿qué preguntas nos
estamos planteando? ¿Somos meramente reactivos y nos dejamos llevar únicamente
por nuestro instinto de supervivencia, o estamos viendo en profundidad el
significado de la realidad y a lo que Dios nos llama en estas circunstancias?
No se trata de ser optimistas, sino
realistas. Hay que estar muy ofuscado, ciego y solo para no ver la belleza
dentro del infierno, o la verdad que se mantiene en un entorno de mentiras
repetidas. Si se busca bien, no solo en este boletín, nos podemos dar cuenta
que acontecen muchos milagros que no están en las primeras páginas de los
medios, porque Emma Torrealba no está desconectada de la realidad, y no es la
única que hace un lanzamiento comenzando el año de un bellísimo producto como
su chocolate Tierra de Gracia; o como Giovanni Conversi que no para de
reinventarse con sus empaques y pasión por el trabajo, o María Fernanda Di
Giacobbe que inicia su Escuela en Rio
Caribe, y tantos otros chocolateros que se siguen moviendo en toda Venezuela.
Así como ellos vemos a Fe y Alegría
comenzando una nueva cohorte de Emprendedores del Mueble en la ciudad de El
Tigre; también los emprendedores en Mérida se juntan para el lanzamiento del
APP de los muchachos de MIBELS, en medio de un paro de transporte que tiene
casi paralizada a la ciudad.
Toda esta gente no está loca y no es solo
optimista, simplemente está viendo algo que la mayoría no ve y tiene algo que
le da sentido a su vida. Por eso es clave si en esta crisis tenemos la
sinceridad para hacernos las preguntas correctas que brotan de nuestro corazón
en el impacto con la realidad y la sencillez de seguir, aunque sea a tientas y
en la penumbra, lo que puede de manera totalizante dar sentido a nuestra vida.
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