EDITORIAL BUENAS NOTICIAS SEPTIEMBRE 2017



Una de las cosas que puede ayudar más en la vida es estar consciente de nuestros límites, estar frente a la realidad con una postura humilde y sencilla para reconocer que nuestra esencia es la necesidad, al igual que un mendigo.
Existe un paradigma equivocado del emprendedor, del líder político e incluso de cualquier trabajador o profesional: la autosuficiencia y omnipotencia. De esto hay ejemplos muy cercanos. Pensamos que tenemos una especie de vacuna que nos hace autoinmunes y no es cierto.

Cuando estamos frente a las recientes catástrofes naturales, o crisis económicas, sociales y políticas, es evidente nuestra desproporción: la solución no pasa por un mesianismo sino por la toma de conciencia de la responsabilidad de cada uno. Cuando un emprendedor tiene conciencia de sus límites, gran parte del problema ya está resuelto porque se pone en movimiento y pide ayuda, intercambia opiniones y está atento a las sugerencias.

“El emprendedor no es emprendedor porque tiene todas las respuestas sino porque observa muy bien la realidad para ver las oportunidades, y tiene que escuchar a todos para verificar si estas oportunidades son verdaderas, y después para saber cómo enfrentarlas”, dice mi amigo Bernhard Scholz, Presidente de la Compañía de las Obras, y sigue señalando que “un emprendedor da una dirección, pero es más fuerte cuando es capaz de involucrar a otros”; por eso señala que dos de las características claves del emprendedor son la humildad y la perseverancia.

El tamaño de la crisis que tenemos en Venezuela nos exige mucha humildad para valorar los puntos de vista de todos; y luego tener la templanza para perseverar y trabajar.
Un ejemplo de esto  fue  la inauguración de la primera fase del laboratorio-escuela de chocolate en Valencia, que se logró luego de 3 años de trabajo junto a nuestros amigos de Fe y Alegría, Cavenit, María Fernanda di Giacobbe, Armando Canelón, Chocolates Canoabo, Fundación Bancaribe y muchos otros aliados.

Somos una parte más del todo, que colaboramos para la construcción de algo más grande y cada uno tiene un valor independientemente del tipo de trabajo que haga.

Venezuela va a cambiar cuando todos comencemos a ser más humildes y entonces nuestros límites nos abrirán cada vez más a trabajar con otros. Si a eso le sumamos una dosis de perseverancia y le quitamos una pizca de improvisación, estaremos en la vía correcta para construir un país más humano.
Alejandro Marius

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