EDITORIAL BUENAS NOTICIAS ABRIL 2017


¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? (1 Cor, 15). Pareciera que el mal y la agresividad están desatados y sin límites conocidos durante este siglo XXI en nuestro país. En abril la agenda ha sido dominada por manifestaciones que por un lado movilizan y por otro paralizan generando incertidumbre y en la mayoría de los casos violencia.

“Es difícil decir cuánto más grave sería la situación si no hubiera continuamente una infinidad de hombres laboriosos, que simplemente no puedan evitar comprometerse a hacer lo mejor que pueden lo que se puede hacer y dejar el mínimo inevitable a la «vida en la mentira» para poder reservar el máximo posible a las auténticas necesidades de la sociedad. Estos hombres parten de la premisa justa de que todo buen trabajo es indirectamente una crítica a una mala política y que hay situaciones en las que vale la pena seguir este camino aunque esto signifique renunciar al derecho natural a una crítica directa”. Esta frase del Vaclav Havel (escritor, dramaturgo y político checo) ayuda a definir un equilibrio necesario en la tarea que nos toca hacer a cada uno.

Como se puede leer en este boletín hemos intentado por todos los medios seguir aportando nuestro granito de arena, de seguir diciendo #YoTrabajo, porque no se trata de negar el drama de la realidad, sino mantener viva la pregunta: ¿Cómo se puede vivir el trabajo como un hombre libre, sin ser esclavo de las circunstancias? Eso implica que no se condicione por nadie, que se respete el trabajo del otro y se pida respeto al nuestro, porque lo que se pone en juego es la dignidad de cada persona.

Abril termina agitado y mayo comenzó aún más intenso, coincidiendo con el día del trabajador. Dentro de la confusión emerge la pregunta, ¿Cuál es el significado del trabajo, cuando en la agenda se impone la protesta pacífica por derechos legítimos?

Julián Carrón (teólogo y sacerdote español) dice que “entender el sentido de una acción que hago (cualquier actividad y por eso aún más el trabajo), quiere decir aferrar el nexo entre el gesto, enorme o banal, que cumplo y el destino, el cumplimiento de la vida, la plenitud del yo (lo que nos define, dignifica y llena de significado). Esto implica una concepción adecuada de uno mismo. El hombre está hecho, está constituido por un deseo de infinito”.

Es por ello que todo ese deseo de bien, justicia, y belleza que tenemos dentro ningún poder de este mundo podrá saciarlo, como tampoco podrá destruir nuestra libertad para construir.

Alejandro Marius

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