EDITORIAL BUENAS NOTICIAS MAYO 2018
“El trabajo es la
expresión total de la persona. (…) Si el hombre es relación con el infinito,
con lo eterno, con el Misterio, entonces el trabajo afecta verdaderamente a
todo, a todas las expresiones de la persona, pues todo lo que expresa a la
persona como relación con el infinito se llama ˋtrabajoˊ”, Don Luigi Giussani (El Yo, el
Poder, las Obras).
Tan es así que basta mirar los millones de personas excluidas en el mundo, que viven en condiciones límites y no han tenido acceso a un trabajo. Por ello, cuando a un ser humano se le niega su derecho a la educación para que pueda tener un trabajo digno, o se intenta de manera asistencialista ofrecerle lo mínimo para vivir, pero no se generan oportunidades para que pueda trabajar, se está destruyendo a la humanidad.
Me identifico
mucho con la consigna de los movimientos
populares, siempre
luchando por las 3T: Tierra, Techo y Trabajo. Estas deben ser complementarias y
no pedirlas por separado, porque el riesgo del asistencialismo y la comodidad
siempre están al acecho. No se trata de repartir riqueza, sino de generarla y
para ello hace falta educar a las personas para que se conviertan en
protagonistas y trabajen de la mano con todas las instituciones de una nación
en favor del bien común.
Para que eso sea
posible no bastan, solamente, sistemas políticos perfectos o un mercado que
funcione, sino garantizar las mismas oportunidades para todas las personas
(educación, salud, alimentación, seguridad y libertad), y eso debería ser la
prioridad de todo Estado. Mientras eso no exista es más difícil, pero no
imposible, porque viendo la experiencia de muchos de nuestros egresados podemos
ver que vale la pena todo el esfuerzo del mundo para dar oportunidades y que
cambie una sola persona. Luego, el mundo cambiará a su tiempo.
Alejandro Marius
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